Revista de creación artística y literaria

16 de septiembre de 2009

EVA MÁRQUEZ


DEJAR DE SER

Quiero dejar de ser una mujer de estómago sensible,
y leerte sin impresionarme
,
quiero bajar corriendo las escaleras del metro
sin miedo a caerme,
quiero empezar a reír
y acabar llorando de euforia,

quiero gritar en mitad de la noche
y putear a los que duermen,


quiero ponerme tetas
sin pedirte permiso,
quiero posar desnuda
delante de la ventana del vecino,

quiero escuchar tu voz
sin sonotone que enturbie mi mente,
quiero mirarte a los ojos
y sentir que te sonrojas,
quiero sentir tu erección
y que ésta vez no te vengas abajo,

quiero asomarme al borde del precipicio
y cruzar la línea de no retorno,
quiero aprender a follarte con la mirada
y que mis orgasmos sean un arma homicida,
quiero incinerarte
y esnifar una ralla de tu alma,
quiero levantarme puta
y acostarme sin remordimientos,
quiero recibir esa hostia
que tanto merezco,

quiero morir para nacer hombre
y jugar a joderme día y noche,

quiero despertar sin recordar mi nombre
y tener el tuyo tatuado en el culo,
quiero dejar de ser yo
y alucinar soñando ser tú.


http://cosasqnuncatedire.blogspot.com

JORGE CASTILLO FAN


A la que me amamanta

A la que me ama (manta)

A la que me ama mansa

Alas que me amansan

Alas que me aman

Alas que miman

Alas qué mías

Alquimias

Aquí mi As!



De Alto Voltaje (inédito)

17 de julio de 2009

PEDRO LUIS IBÁÑEZ LÉRIDA



UNGIDA LA LENGUA, COMO EL CORCHO



Ungida la legua como el corcho,
embotada la sensibilidad;
Nada espero. De mí, la palabra se deshace
para que su pérdida no tenga rastro;
se diluye en la eternidad errabunda,
muere, en mí mismo, sin deseos.

Mi testamento es de espesa sustancia;
la que el corazón segrega, la que no flota
y se hunde en el fondo.


16 de julio de 2009

INMA PUENTE

DIES IRAE



.
.
Yo,
creadora del más perfecto
de los monstruos,
no logro apartarme
de tu costado.
.
.
Mas cuando el ojo del sollozo
parece adormecido,
surge la terrible consecuencia
de un amor inconcluso.
.
.
Y por encima del silencio
de mi propio corazón
detenido,
este cuerpo
eleva un cántico
pronunciando tu nombre.
.
¿Cómo calmo la herida?
¿Cómo templo ésta furia?
.
.
¡ Dies Irae !
¡ Dies Irae !
.
Ni un solo día sin pasado.
Ni un solo día sin ira.
.
.
Porque aún sigo deseando
un beso nacido,
de la inhóspita
curvatura
de tu boca.
.
.
.


CARLES BATALLA


REPASO UTÓPICO

Izo
Rizo
Erizo
tu pelo.

Amo
Lamo
Clamo
Reclamo
tus pechos.

Abro
Calibro
Labro
y celebro
tu sexo.

Curo y procuro por tus pies.

Tiento
Ostento
Sustento
tu cuerpo.


JUAN DAVID OCHOA AGUIRRE

MONÓLOGO DE UN FANFARRÓN


Y si aceptamos,
colega del letargo y de la fiebre,
que este insulso impulso
por el tiempo y por el mundo
nos condujo a esta marea
nauseabunda sobre ritos,
sobre horarios,
sobre símbolos inútiles.
Si afirmamos que este fuego
de las mentes es el fuego
del dolor en eufemismo
y que el alivio para el limite de este terror
es el incendio en esta prosa
y un alarido en los violines.
si concluimos aquí esta aciaga
tarea de morirnos sin la carne,
colega del letargo y de la fiebre,
entonces lograremos ser la niebla entre los pinos,
el humo del cigarro,
y hemos de cuidarnos de volver a la palabra



JANITZIO VILLAMAR


MIEDO, COMPLEMENTO DE LA VIDA


A veces Platón se encapricha y me conmueve.
Quisiera arrojarlo a lo lejos,
al precipicio de la desmemoria,
a la insondable cuna de la civilización.

Platón hablaba de temer,
mas no sé qué cuernos decía el tal Platón
del miedo y sus llamas cautivantes.

Del miedo yo no digo nada.
prefiero cavar sobre su espalda
y aniquilarlo sin que en cuenta caiga.

Lo llevo a mi lado, ni modo;
cargo con sus restos en la alforja.
Su cuerpo siempre apesta,
siempre apesta.
A veces me lo como y ya no apesta, pero mi estómago protesta
y el miedo regresa a la alforja.
A veces lo encierro bajo llave,
pero queda la cerradura desprotegida
y misteriosamente por la ranura se desliza.

El miedo es complemento de la vida.

Tengo miedo a cada paso,
mas pretendo que es condecoración y título nobiliario:
helo aquí de áureo color teñido.

El miedo, el temible miedo que a Ares protegía:
a su lado, sus escuderos se deleitan y a la guerra con él acuden:
Fobos, Deimos, el corazón se encoge.

Tengo miedo, no lo dudo.
¿Quieres temblar a mi lado y soportar la crudeza de mis miedos,
quieres que tus miedos se derramen sobre mi almohada?

Ven, temamos juntos.

FRANCISCO MUÑOZ SOLER


RESTAURACIÓN



En la altiplanicie de mis momentos
quiero emular al bíblico Lot
aunque no sea una Gomorra de lamentos
mis días forzosamente ya ausentados por el tiempo,
sembrar luz en los huecos de mi breve espacio.
Traspasar sombras abortándolas de mis fondos,
y que decisiones nuevas formen muros
de surcos indelebles de auroras propias
argamasa de derribos, pérdidas y experiencias,
cereal que guíe las luces de mi vida.
Vivir sin eclipses la armonía de mi fragilidad
en la incertidumbre de mis dudas y certezas,
expandirme en un horizonte complejo y abierto
a inevitables vientos de valioso fermento
ser, ser ahora doblegando el desaliento.

MÓNICA LÓPEZ BORDÓN


ODA A LA MIRADA

Nace del amor la mirada profunda,
se reconoce su caminar de pétalo abierto,
las formas que resurgen en las pupilas cristalinas
de la mujer que vive, del hombre que ama,
del mundo que gira viviendo
a su manera
en la ávida belleza de los vientos del norte.

Nace tu belleza grandiosa
en la plenitud del amanecer,
sin tiempo,
rompiendo los hechizos de tus ojos de odalisca
tendidos en la telaraña de mirada y voz,
de un paisaje imprevisto en la comisura de tu labio.

Como los otros, caminas sonámbula
en las palabras vacías de una noche de invierno
y en tus manos quedó una bandada de pájaros,
un trozo de papel,
un vuelo
y el espejo del tiempo abriendo tu boca de seda.

Descubres la desnudez del sueño, el goce,
y todo se confunde, mirada, en el viaje,
el verdadero viaje de tres colores, de luna blanca,
escritos sobre el cielo de París.

En tu ocaso empujamos vertiginosamente tu huella,
tu temblor cae sobre la vida,
cae tu mirada y se la lleva.
Viva. Viva y desvelada.
De todos y de nadie.




www.monicalopezbordon.com

http://vivirparacontarlaconpoesia.blogspot.com

http://lacomunidad.elpais.com/monicalopezbordon

EMILIO PICÓN


PLAYAS DE INVIERNO

Porque la orilla es el origen del horizonte,

porque las huellas sobre el mar no forjan destinos,

porque siento en el pecho el imán de las gaviotas.

Por esto

y porque no miro a las nubes

como espectadoras de mi vida,

las azules mañanas claras de la costa que soy

tienen presente el pasado

- ola que, incesantemente, muere a mis pies -

para no caer en un futuro

- horizonte que invita a vivir contra corriente -

atenazado entre zarpas optimistas,

esperanzas nocturnas,

vanidades ebrias,

o amores mal soñados.

¿Por qué nacen vírgenes las noches

para ser jodidas por la soledad,

rotas las manos insomnes

por no agarrar el verbo amar?

Por no herir,

propósito digno de quien se sabe herido.

Por claudicar

ante el silencio, la quietud y la tristeza.

Por ser y vivir

como una línea paralela

que, a través de la oscuridad,

sabe de la sed tragicómica

que padecen las páginas en blanco.

Porque la orilla es el origen del horizonte.

Porque las playas de invierno pernoctan enjauladas.

Por esto

y porque la deflagración estaba prevista

por el calor que me respira,

antes de morir en esta opaca veracidad

quisiera arder con la sangre que no he vertido,

quisiera alzar el muñón de mi alma

y sudar libre como una tierra abandonada.

Antes de morir quisiera ser tan hiriente como tú,

mundano y sencillo en tu felicidad de postal:

ver desde afuera, un instante, el brillo de la jaula

y exigir la piedad que duerme en cada barrote.


PURI NOVELLA


CARNE VIVA



Me dejé la piel.

No eran las cinco en punto de la tarde,

ni siquiera recuerdo la fecha precisa,

pero sé que la lluvia me dolía

y el viento trazaba heridas fugaces

sobre mis hombros decaídos.

Supe que me había quedado sin piel

cuando ví como me miraba,

con la pena de los atardeceres rotos,

rescoldos de amor viejo

y los bolsillos vacíos.

La peor limosna

es una caricia marchita.

“Vete por dónde has venido”,

quiso decirme aunque no pudo,

“me siento incómodo”.

Yo buscaba, aterida,

la sombra aún caliente de lo que fuimos,

pero los cadáveres se descomponen rápido

queriendo convertirse en ausencia,

trampa de un recuerdo magnificado

donde el dolor se torna poesía.

Me dejé la piel,

pero no fue suficiente.

Nunca lo es.

Cuando nos vemos,

todavía la lluvia huele a playa desierta,

y me duele.


CARLOS FRÜBECK MORENO









EL PROBLEMA DE LOS MATERIALES

Mientras se derretía, la estatua de hielo me dijo que ellas no morían nunca porque se transformaban en agua purísima que fluía en los arroyos de montaña y que, al llegar al valle, pronunciaba palabras de amor mientras pasaba bajo los puentes de piedra y así provocaba olas de suicidios entre los adolescentes que las escuchaban en esos días inquietos en que las amapolas se empiezan a abrir en los trigales y las llamadas de teléfono de madrugada son sólo una excusa para seguir viviendo. Recordé con nostalgia mi juventud, aquellas tardes de verano en que esculpía bestias mitológicas sobre la arena, a la orilla del mar.

FRANCISCO BARRANCO COBO

ESTRELLA FUGAZ Y CRÁTER





Nunca te he poseído

Aun debajo de estas nítidas sabanas

Donde el rumor han sido páginas

De exhausto hervor o de lágrimas indecisas,

Lejos de ser predador

En la sabana te juzgaba

Por los callados deslices

De tus labios los que paseaban

Por los puentes de tus piernas,



Nunca te poseía,

Y mis manos se deslizaban

Por los cràteres precisos de tu llanura

Pequeños altozanos donde situaba

Mi carjac al este de su sombra,

Observando cómo la gacela

Rumía cerca de un pequeño lago,



Nunca te poseía

Porque nunca fuiste ni cristal

Ni tallada roca para mostrar

En las vidrieras de cualquier museo.



Por eso en la maravilla de tu lecho

Simplemente te observaba

Como un cazador que no quiere herir

A su presa, te contemplaba como

Si fueras una estrella fugaz

Que cansada de viajar busca un lugar

Para dejarse caer y dormir a la intemperie.

JUAN VALLE



TUS LAPICEROS


Hacen falta trescientas manos para rellenar este crucigrama,

para ver si encuentro alguna frase de Jacinto Benavente,

una foto de George Harrison y

un órgano que perdiste en Bruselas.

Tus manos eran casillas,

donde encontraba letras diarias,

algunas que no he podido descifrar hasta hoy,

porque me arrancabas la tinta de las paredes,

de las fotos antiguas

y de tu espalda

en ese horizonte de esos que abundan en Carmen de la Legua.

PATRICIA NÚNEZ MENÉNDEZ


AVE NOCTURNA.

I.

Fue concebida sobre la duda de un horizonte de sucesos.
Salpicada de frío antiguo.

II.

Habitualmente,
descansa sobre la horizontal descolgada de la noche.

III.

Ya después,
comprendió que estaba atado a la espesura del dolor.

REBECA MARTÍN GIL


LA VECINA DEL QUINTO B

La vecina del Quinto B se ha arrancado los ojos,
asegurando que quería verse con los de su amado.
Joven loca que se quedó para vestir santos...
ya no sucumbirá a la tentación del espejo.

No más imágenes, lucha iconoclasta.
Se arrodilla frente a la ventana
y acaricia con sus dedos
lo que alguien llamó en su día esmeraldas.

MARIA JOSE MURES


PRINCIPIO SIN ARQUÍMEDES


Dame una palabra
de apoyo y moveré la Tierra.
Dame ADN
y que se caiga el mundo.
Dame el rincón
donde tus piernas
apuntalan la noche.

ROCIO TABERNER MONTBLANC

SANDRO

Cuando nació le consideraron inútil. Prestigioso fruto de una violación.
Su educación se basaba en recibir una dosis importante de daños psicológicos y físicos.
Miraba por las noches la ventana pensando que algún día saltaría por ella para caminar libre.
Lloraba en silencio y comía todo tipo de dípteros. Pasaba días enteros sin lavarse y casi sin
comer. El olvido era su nombre.
Un día, como uno cualquiera, decidió morder los troncos de los árboles como los elefantes.
Pensaba que si ellos lo hacían con sus enormes dientes él podría hacerlo.
Acabó en el hospital por un desgarre dental. Se quedó sin incisivos y con el labio superior
partido como una naranja abierta por la mitad.
Cumplió los 16, y le llamaban Sandro. Una noche le concedieron el exilio. Estrenó vaqueros y
los combinó con una camiseta roída en la que ponía en grandes letras rojas: “affitarse anque
domani”
Lucía una espléndida sonrisa partida y un leve vello pubertino cubría su marcada barbilla.
Aquella noche, no caminó libre, pero se sentía como tal. Cometió su primer asesinato y su
primera borrachera.
Las letras de su singular camiseta dejaron de tener un significado. Las manchas de sangre
añadieron más decorado.
Su expresión incoherente continuaba definiendo a un adolescente con una mente negra.
Nadie sospechaba, los gatos no llaman la atención. Hacía frío y llegaba tarde, sabía, que le
esperaba una paliza, entonces desvió el camino a casa.
No tenía porqué, ser esclavo de ser humano. Pero era menor de edad, con una madre inválida
y un padre taxidermista.
Hijo único y no deseado, el cariño fue demostrado desde su existencia a base de una doctrina
muy eficaz para crear un monstruo voraz, el cual no conocía límites.
Aprendió la técnica fundamental para poder disecar todo aquello que tuviera vida. Ese fué su
sello.
Pasó dos días durmiendo entre la maleza de las cunetas. Nadie lo reclamaba y se dió cuenta el
favor que hizo a la humanidad con su desaparición.
Pensó que debía volver a casa y acabar algo pendiente. Sería conveniente robar el equipo de
su padre, se preguntaba si podría ganarse la vida disecando... No sé
La cuestión es que volvió y recibió una paliza, tal como el había pronosticado. Lentamente se
limpió la sangre de las comisuras de la boca, fue al baño, se contempló y miró a su derecha.
Su madre yacía cara a la ventana inmóvil, sorda y ciega. Se acercó a ella, esperando, siempre
esperando, un consuelo materno. Lo único que recibió fue un giro de cara, despreciando a la
criatura que había extraído de sus entrañas involuntariamente.
Un leve giro rápido de cuello acabó con el sufrimiento de su madre. Bajó al taller, se escondió y
esperó a su padre.
El padre, no bajaba, pasaron las horas y se quedó dormido debajo de la mesa entre un amasijo
de trapos sucios. Estaba rendido, exhausto.
Un leve balanceo le despertó, era su padre. Rápidamente se reincorporó, esperando lo peor,
observaba con los párpados bien abiertos a su progenitor, mientras éste le miraba con los ojos
empapados.
Balanceaba su cráneo sin cesar, aturdido, por lo que vió hace unos minutos. Su madre muerta.
El padre, lo cogió suavemente del hombro, lo empujó hacia las escaleras y en silencio, se
detuvo, agachó su cabeza adolescente y le susurró al oído:
- Debo matarte papá.
Acto seguido, desenfundó de debajo de su camisa ensangrentada, un punzón, el cual introdujo
en la sien de su padre, sin que éste siquiera pudiera reaccionar.
Ahí lo dejó aullando de dolor, mientras agonizaba lentamente. Subió rápidamente las
escaleras, observó por última vez la imagen de su padre al final de ellas y cerró la puerta del
sótano, echando el cerrojo rabiosamente.
Sandro, es libre.
Salió de casa, cerró la puerta, comenzó a caminar durante horas, hasta que la luz del día le
miró.
Decidió tumbarse sobre la hierba, la mala hierba, se quedó largo tiempo observando la nada.
Una nada con nombre.
Reprodujo de nuevo, la sensación que experimentaba cuando dejaba sin vida un cuerpo.
Cualquier cuerpo. El deseo de matar era más grande que su deseo de vivir.
Los días no acompañaban y la soledad le llamó por su nombre.
A lo lejos en el frío de otoño, apareció una lechuza postrada en una rama seca de almendro. Le
miraba con sus ojos reptadores y su pico amenazante.
Él sin pensarlo dos veces, raptó del suelo una piedra y la lanzó ávidamente contra la rapaz. Ésta
saltó de un bote y acechó contra su cabeza con sus temibles garras, Sandro, luchó hasta
arrancársela de sus cabellos lisos y pobres. La maldijo hasta que la dejó tras de sí.
Tenía hambre, comenzó a recuperar el apetito, y buscó desesperadamente algún sitio donde
poder robar comida. Comer sin pedir permiso.
Como un animal herido, caminaba sin poder divisar en la lejanía nada parecido a un lugar
donde acudir, donde refugiarse del fresco de la noche y de los roedores.
Sabía que tarde o temprano se toparía con la vil realidad, con su propia conciencia. Le
buscaban y sería una presa fácil de capturar.
Sus proyectos de huída, de vivir como su padre lo hizo, le abandonaron, ahora solo quería
sobrevivir.
Se sentó en una piedra gruesa del camino, las piernas le temblaban, estaba muerto de
cansancio. Una fila de hormigas surtían de un volcán de tierra, Sandro, mojó de saliva su dedo
índice y comenzó una por una a engullirlas, sin saborearlas, sin pensarlas, sin sal...
Un sonido sordo, se escuchaba a lo lejos, se semejaba a un ejército de caballos galopando la
corteza terrestre. Se escondió tras la roca, el sonido se agudizaba. Ya estaba muy cerca.
Un hombre y un caballo, se pararon justo a la altura de la roca. El hombre, se acercó a la roca,
vió que algo se movía. Sacó de su fajín una escopeta, apuntó y disparó.
Algo calló, algo grande y pesado, el hombre curioso, se acercó y vió al joven Sandro vomitar
sangre de su destrozada boca. Murió.
El hombre lo cargó en su caballo, lo achuchó y le dijo:
- Venga Centella!!! A casa!! Corre!!!
El caballo, salió disparado.
En la casa de Perinetra, mi compañera de clase, hay un tigre disecado con ojos humanos. Dicen
que es lo único que pudieron aprovechar de un pobre animal moribundo que su papá encontró
una tarde de otoño tras la “Roca del fin”.





ARRUILLO


HOMBRE PEGADO A MÓVIL



Se levantó por la mañana y notó algo extraño en la oreja; como aún no estaba bien despierto, no tuvo fuerzas para mirarse al espejo, así que encaminó sus pasos a la cocina, preparó la cafetera y mientras templaba la leche en el microondas, se acordó que tenía que llamarla. Puso la cafetera y preparó la tostadora, descolgó el teléfono pero no se acordaba del número: necesitaba el móvil para mirar en la agenda; el microondas emitió un pitido, volvió a darle, colocó la rebanada de pan, se fue al salón a buscar el móvil, olía a café recién hervido; no aparecía el móvil, se fue a la salita y desfondó el sofá; la tostadora lanzó las rebanadas de pan en la encimera, en la cocina olía a café requemado, volvió al dormitorio y buscó entre las sábanas y el edredón; se le estaba pasando el hambre. Se fue a la ducha y escuchó un fuerte chasquido como de explosión, abrió el grifo pero reaccionó rápido y corrió a la cocina: cortó directamente el térmico del cuadro eléctrico, cerró el grifo de la ducha y volvió a meterse en la cama tapándose la cabeza con un cojín; en ese momento sonó el móvil, se activó el reconocimiento de voz y allí estaba ella. Por fin sus músculos encontraron laxitud.




AITOR MARÍN CORRECHER

EL EXILIO DE LA LUZ


Te vas,

y en la ciudad llueven cristales,

se levanta un aire de alfileres

helados. Se funden todas las luces,

de todas las calles de alquitrán

y fantasmas del silencio.


Los charcos cortan.


Yo voy descalzo,

convencido

de que nada

puede causarme más dolor

que ver como eres ya

un rostro de vapor detenido

en la memoria,

un rumor de lluvia perpetua,

un punto de fuga

en el horizonte de ceniza.


Y pensar que abrazados

en una esquina del tiempo

fuimos, una vez, sólo luz.

ANA PATRICIA MOYA


E L S Ú P E R H O M B R E

Menos mal que el guión es repetitivo: llego a casa del semental, suelto la típica excusa, me quita la ropa, me soba las tetas, se la chupo, me penetra, me encula y al final, se corre en mi jeta. No tengo talento como actriz – estudié Filosofía y Letras -, pero follo de maravilla: eso es lo realmente importante de la profesión pornográfica. Después de dos horas de duro trabajo, toca descansar porque tengo el culo y el coño escocidos: me ducho con agua calentita, me pongo mi albornoz, me siento en mi cómoda silla e intento relajarme leyendo a Nietzsche. Mis compañeros de rodaje se parten el culo de risa cuando me ven con el tocho en las manos, y el director de esta película de muy bajo presupuesto, mi jefe de hoy, me dice que no debería creerme esas comeduras de coco, pero es que a mí me encanta el pensamiento del alemán loco. Retomo la lectura en las páginas sobre el asunto del súper hombre. Y, joder, que gran razón tenía Nietzsche. El súper hombre no es ninguno de estos tíos de increíbles músculos tatuados y enormes pollas. El súper hombre es mi padre: el pobrecito tiene que aguantar que su única hija trabaje de profesional del porno para poder pagar la puta hipoteca de ese miserable piso en el que vive toda mi familia.

ROSA MARÍA GARCÍA BARJA

AMORES DOMÉSTICOS

Llamarle amor me parece exagerado, pero sería injusto si te digo que me es indiferente.
Al fin y al cabo nadie ha compartido mis horas, ni oído mis soliloquios, mis quejas o mis silencios con más neutralidad que ella.
Nadie tan cercano a mi mano ha sabido permanecer firme a pesar de los cambios de mi piel, a veces tirana y fría, a veces mendigando calor.
Mañanas extrañas hasta conocernos, hasta entregarnos de parte a parte sin horarios, hasta sentirnos dueñas en territorios olvidados.
Incluso cuando me sentí repudiada por el espejo, la tuve.
Hoy, mientras hacía los trámites por teléfono con el ayuntamiento y acordaba la hora y el lugar de recogida, cuando ya creí que sería fácil sustituirla, sin el menor asomo de dolor, la empezamos a echar de menos mis rincones y yo, creando un nudo de arraigo exageradamente prieto.
Ya, ya se que le es indiferente si me pinto o no, los labios, si el color de mis zapatos van a juego con el bolso, que le da igual también si la dejo marchar desnuda o envuelta con lazos de colores, que por otra parte, siendo una idea descabellada, es lo que me apetecería hacer…
Definitivamente no se que aconsejará el protocolo para estos casos. No, no se que ponerme que haga juego con mis ojeras.
Estoy oscuramente guapa.
No quiero desentonar para asistir al entierro de…
Mi vieja fregona.

CARLOS ALMONTE


LOS PESCADORES RECORREN CON LA VISTA




La isla desmorona en quietos intervalos.
Los remolinos en el agua ahogan una cantinela que,
como si la hubiera escrito un vidente anciano,
alude hermetismo y final.

Virgen milagrosamente otra vez
por la virtud absolutoria del sueño;
quieta y resplandeciente como una dicha que la memoria elige;
me darás esa orilla de tu vida que no tienes.
Divisaré esa playa y te veré
por vez primera, quizá, como Dios ha de verte,
desbaratada por el tiempo y la ficción.
Sin el amor, sin nadie, sin mí.

Y las tormentas
y las iluminaciones del francés errante
y las alegorías y los llantos
y las caricias y los besos
y los recuerdos y gaviotas
y los lobos en la playa
y las aves incontables...

Todo cae, lentamente,
disgregándose en porciones leves y constantes.


JAVIER MONTORO


escalada

hoy puede que el hambre avance
desde tu estómago
y se abra camino en tu tráquea
y espere desnuda
a que se ubique el silencio
en este rincón donde espero
una palabra

un gesto

un guiño

o mi muerte

sentado
descubro
la verdad y la bilis
un cóctel a partes iguales
tu mano en mi poema
y una tarde de viernes
adulterada

mientras el hambre
lucha
escala
mi boca
la cima
el miedo
frío


yo estoy tranquilo:

tu afonía
convierte las montañas
en precipicios


9 de marzo de 2009

ULISES VARSOVIA




PRIMER MANDAMIENTO

Dondequiera que nos encontremos,
dondequiera, Claire, que el destino
nos lleve por la geografía
en su nave de henchidas velas,

amor el primer mandamiento,
amor la ineludible divisa
cimentada en los juramentos
de nuestra singular alianza.

Dondequiera, amor, que nuestro hogar
levante su sólida morada,
y emerjan del huerto los frutos
de nuestro sudor compartido,

amor el plato sobre la mesa,
amor la jarra con agua o vino,
amor las flores por ti cortadas,
amor la cocina, amor el lecho.

Amor allí donde el destino
nos haya llevado por el mundo.


http://ulisesvarsovia.tripod.com

5 de marzo de 2009

2 de marzo de 2009

MAYTE SANCHEZ SEMPERE



Cientos de amantes

Desde que solo duermo
con mis libros
he aprendido
a apreciar las caricias
de los versos furtivos
bajo las mantas.


24 de febrero de 2009

BAPTISTE BLEU



EL NIÑO QUE SE SOSEGABA HACIÉNDOSE EL MUERTO

Vahído de pantorrilla
Para que anide un halo de soslayo en el cráneo femenino de Melisa
Sarcasmo que tartamudea
De sarcasmo con la boca abierta y planetas franceses
Tus muslos flamencos bostezan en cuclillas
El dorsal ungido de semen se arroja feroz contra un petate a dos manos
Y tan solipsista que los versos explotan como las entrañas de la palma de mi mano
Una plancha de acero corretea sobre el verano que me parte los brazos
Relincha todo
¡Ay camarera!
¡Sírvame un poco de esqueleto de rascacielos!
¡Ay camarera guapa!
¡Sirva un cacho de primavera en esta estancia mía de fusil!.

Inacabado (“poéme abandonné”).
Paul Valéry.

8 de febrero de 2009

YAMILA GRECO

II

los gritos son el inicio de toda creación maldita
fieras de mi alteración el golpe de los pasos y las puertas
que vienen por que no se van ajenas a todo lo que se suicida
por qué no te corto los pies
y elevo al mundo
fija a las necesidades altas porque no queda fondo que
temblar
la visión única de la cuna muerta por asfixia
de una escalera comunicando con mi palabra
metástasis es mi hermana
o el desequilibrio sin presencias deformadas
dentro de una habitación sostenida por la basura




30 de enero de 2009

MARIO ANTONIO CARAZAS CONDE


EL FIN DEL CUERPO

No creía en Dios, pero sí en el fin del cuerpo
Y el placer ocurriendo en la raíz, en la tierra
Bajo un techo, sin él, más que un sol barnizando
Hasta las uñas de nuestros cuerpos.
Fatigado de anticuados artes
Y la tensa orilla de las palabras
Con un famélico dios adornando mi pensamiento
Y un batiscafo por corazón,
He dejado mis libros coronarse de musgo
Y a tu piel reptante, distribuirse
A los cardinales de mi cuerpo
Obsequiarse como vereda a mis pasos.
Yo entonces, crezco como retama ardiendo
Y eso, ya es decir mucho en las ciudades
Donde nunca estás demasiado cerca a algo
Ni siquiera próximo a un mismo error.
Porque a veces mi voz es una huida entre multitudes
Viaje urbano donde nos aprietan las gentes
Un grito diluyéndose en un hilo de espanto
Sumisión, congestión y congelamiento.
Sacudido de la moral y de la insistencia de querer ser una isla
He profanado los vaporosos linderos de la piel
Espuma ardiendo en la fricción de los cuerpos
Es puma y rugido en la culminación y el principio.
Esponja amorosa, afiebrada y carnosa, líquida y distendida
Espejo a mí, paralelo, raíz que no dobla el viento
Cuando eres tú, toda arteria y sobresalto
Toda estuario y recipiente, toda boca y para siempre, amor alzado.

26 de enero de 2009

PEDRO VICTORI

ERES, PERO NO EXISTES


Eres como un poema embriagador pero sin ritmo,
como una rosa de mullidos pétalos pero sin fragancia,
como una monarquía autoritaria pero anárquica,
como un cielo sin luces en un verano polar.

Y la Poesía ya no tiene sentido sin tí,
y ni el vino ni las musas visitan tu ausencia,
los hambrientos gusanos se esconden cuando escarbo:
me dejan para el final, cuando todo acabe.


Cuando todo acabe no seré capaz de sostener el peso
de las plumas que antaño formaban las alas que tejías
mientras tus lágrimas me sonreían, crueles,
y ya no podré volver a acercarme ni al infinito,
no sin alas,
ni a lo bondadosa y entrañablemente cotidiano,
no sin ti, no sin los gusanos.

Porque...cuando todo acabé seremos, pero tú no existirás,
y yo a testigo sordomudo me reduciré, contemplativo.

21 de enero de 2009

ADRIANA SERLIK



He salido hace días
y no he vuelto.
Me espero en todas las estaciones
en cada una de las esquinas de las calles
entre los negocios
en la parada de los autobuses
pero no llego.
No sé dónde hallarme
a quién preguntar por mí
quién me habrá visto ayer
o antes de ayer
o la semana pasada.
¿Quién puede darme datos sobre esa que soy
y no encuentro?
A ésta no la quiero
trato de destriparla
pero nada obtengo.
Tengo que seguir buscando
y mientras tanto
soportar
sus debilidades,
sus malas posturas
porque la otra no llega,
no me trae sus fuerzas
su caminar tranquilo.
Es un desdoblamiento de mi ser
y acepto
este grado de locura.
¿Quién soy,
quién es la que camina llorando por la calle
que no resiste la mirada
o el silencio?
¿Quién es esta mujer
que no socorre el tiempo?
Lo deja pasar sin respirar,
se angustia frente al retorno,
no sabe vivir el sol o la luna.
¿Cuándo podré recobrarla?
Esta hace una vida normal.
Se levanta todos los días
a las siete de la mañana
va a trabajar
se lava los dientes
desayuna
saluda al jefe
lee las galeradas de Minerva
recoge alguna palabra mal escrita
recibe una carta.
Es una persona normal,
se levanta a las siete
va a trabajar
y cuando sale...
el grito se acomoda en la garganta.
Se levanta a las siete
se lava los dientes
toma el metro
llega a la oficina,
el grito va instalándose...
—La libertad es como un grifo
abierto en la cabeza.
Busca en el diccionario.
—La libertad es...
Aquella otra que no está aquí
que espero todos los días,
en las esquinas de las calles
en la puerta de las estaciones
en la llamada telefónica
en la carta.
—La libertad es...
Un grito que no sale
que se hace nudo,
dolor,
silencio en la garganta.
que se hace...
Y no volverás
Si no te sigo buscando.

De “La silla de paja”

11 de enero de 2009

MARIANO SCHUSTER








BORGES DE WOODSTOCK

Cada cual tiene el Borges que se merece
Lo dice el presidente
de la Real Academia de la Locura

Cada cual tiene
el Borges que se imagina

Lo digo yo
que a veces
solo a veces
atino a saludarlo
desde el Jardín de los Senderos que se bifurcan

Hay un Borges que huye con Ginsberg de la biblioteca Nacional

Hay otro
que bebe afrodisíacos con Wolfe
en la tristeza de la noche

Y sin embargo,
mi Borges
nunca fue

¿o si?

el cuchillero de los arrabales,
el empedernido bebedor de licores escoceses,
el catador de libros amarillos

ármese un haiku maestro
o ármese dos
y convide

“Desde el cielo escribe versos chinos.
Y vuela como los Dioses
que son pájaros”.

pero acá nunca llegan

Dejen el Nobel para otros
y no me admiren,
quiso decir.

También hay un Borges
adentro mío.
No lo confundan con el enano fascista.
Vive mas cerca del opio de De Quincey.

Perdone señor,
por su sueño
reducido a la felicidad
y gracias
por los servicios prestados.

6 de enero de 2009

JAVIER LAMENDIA


EDIPO RESUELTO

Mamá se murió. No una, sino dos veces. Calculo que esta es la definitiva. Dos plomazos calientes y ruidosos en la cabeza, y chau. Mamá, te quiero. Pero no te soporto o, mejor dicho, no te soportaba. La primera vez fue triste, aunque fue un gran alivio que dejases de sufrir y no tener que cuidarte más. No es que fuese una molestia, pero no está bueno eso de cambiar pañales. A nadie le puede gustar. Mamá volvió de la muerte creo que tres años después de que murió por vez primera. Yo estaba tranquilo, tomando mates y escuché el timbre. Y nada, estaba mamá a medio pudrir con el camisón rosa todo sucio de barro. No tenía mucho pelo y los labios estaban comidos por los gusanos. Estaba obligada a sonreír todo el tiempo. Le faltaba una oreja y había perdido una parte de la lengua, lo que hacía bastante difícil la comunicación.
Si alguien piensa que este es un relato sobre zombies, no puede estar más equivocado. Mi mamá nunca vio ninguna de zombies y, por lo tanto, no sabía como comportarse. El zombie, el muerto vivo, tiene una finalidad determinada (comer, asusutar, vengarse, la revolución social, etc.). Mamá carecía de todo proyecto maléfico; solo estaba de vuelta. De algún modo, la muerte le hizo un gran favor, porque estaba mejor de lo que estuvo la última etapa de su vida anterior. Le faltaban pedazos, pero estaba de vuelta.

Vino mi mamá-le dije a Santo-, vení a verla.
OK, voy en un rato-dijo y colgó.
Al rato llegó Santo
Tu mamá?
Mi mamá, boludo
Y cómo sabés que eso es tu mamá?, está hecha mierda...
Estuvo muerta tres años
Es verdad...
Pero vos la ves, no?, no estoy alucinando...
No, es una mina en descomposición que camina y hace ruidos... o sea, estuvo muerta y enterrada, tiene barro pegado por todos lados... Quedate tranquilo...
Buenísimo...
Y...?
Y... qué?
Qué vas a hacer con esto...
Esto es mi mamá, boludo, qué querés que haga?
No sé, pero algo tenés que hacer, no?
Huuuaoorgg...- Dijo mamá- Uhhgaoorrrr, ahaaaaaaarrrggggggguuuuu-dijo, y se dirigió a al interior de la casa.
Nos quedamos hablando con Santo sobre qué hacer con mamá en el patio, mientras ella, pensábamos, redescubría la que por tantos años había sido su casa. Me pareció pertinente dejarla. La verdad es que nunca le tuve miedo a mamá muerta. Se notaba a la legua que era buena onda. No era un fantasma, no era un particular de una horda de muertos vivos que venían a por nuestros cerebros ni nada. Era mamá, la vieja y querida mamá que volvía de culo inquieto que era nomás, a visitarnos.
Llamo a mi hermana?
No
Por?
Porque no le cabe una, es re cerrada, no te va a dar bola...
Vos decís eso porque todavía te cabe, no boludín? Pero cómo no le voy a avisar, si es su madre también...
Bueno, pero yo me voy, no me hace bien verla...
Ok, no la llamo... pero que puto que me salíste viejo, eh?
Andá a cagar...- y se le llenaron los ojos de lágrimas.
Bueno, dale, no te pongas mal y armate uno... pero finito, cabezón, eh? Porque está mi vieja
Ok.

Mientras fumábamos escuchábamos ruidos, mamá estaba adentro haciendo algo con las cacerolas. Se ve que como estaba media podrida las manitos no le funcionaban del todo bien, no tenía la fuerza de antes... ay, mamita, si cuando estabas viva por primera vez tenías la fuerza de un toro lleno de pichicata brava! Y ahora... quién te ha visto y quién te ve, viejita... toda zombie, toda despedazada. Cómo, de entre todas las personas de este mundo al único que se le revive la madre es a mi?, bueno, a mí y a Pao, pero bueno, ella no sabe nada, por lo tanto no se le revivió la madre... o sea, el fenómeno y la percepción es una misma cosa. Es como decía Sartre, pero bueno, menos perfecto. Digo menos perfecto como para no sonar pretencioso, no?, porque como no estoy del todo seguro de haberlo entendido a la perfección, me escudo detrás de una aposición y un modificador directo, sino la oración sería: Es como dice Sartre. A qué iba con todo esto?... no recuerdo, pero bueno... la cuestión importante acá es que mamá está viva, o algo parecido.
Todo conflicto psicológico tiene su génesis en el cordón umbilical, no? O sea, la madre nutricia y protectora. Calculo que habrá algo de odio intrauterino por el tema de la dependencia obligada, pero ahora? Qué pasa? Eh?. Tener madre una vez te trauma, perderla te trauma... que vuelva convertida en zombie? Calculo que tendrá una relación directa con los temores e inconvenientes en el plano de relación con el mundo de ahora en adelante. Cuanto tiempo tarda en traumarte una madre? Hace quince que volvió y....

Santo, todavía tenés el chumbo de tu viejo en tu casa?
Si, y tiene balas! Por?
Lo podés traer?
El chumbo?

Sí, ahora vuelvo.
Santo se fue y me quedé solo con mamá. Entré a ver que hacía y la vi sentada con un tarro de dulce de leche, comiendo con el único dedo que le quedaba en la mano derecha, los demás estaban desparramados por la cocina. En un momento su dedito no salió del tarro (que, para entrar en detalles, estaba casi vacío) aunque ella realizó el movimiento con el muñoncito que le quedaba. Pobre mamá, pensar que te quedó el dedito clavado en el dulce de leche repostero me hace llorar como un marrano. Se te veía hasta menos zombie cuando comías el dulce!, es tan triste verte, mamá, si te vieses me darías la razón. Nadie merece andar así por la vida (o la no vida, si querés), sin ningún tipo de motivación más que la de meter un dedo putrefacto en el dulce de leche.
Mamá, a qué volviste?
Uoorgahhha
Me extrañabas?
Uoraghher
Venís a decirme que viste mi futuro y me querés prevenir de algo?
Uooouarrgghhh
Mamá me miraba fijo con sus ojitos de zombie, negros, brillantes y redonditos.
Viniste a comerme el dulce de leche, mamá?
Uoorghaarggjkakgaaaaa
Me estás cargando? Porque si volviste así para no hacer nada... viste? Uno ya no sabe que mierda hacer... porque si fueses un fantasma que viene a cobrar una deuda, que quiere hacer vengar su muerte, algo, me entendés? Algo, mamá... venís a comer el... que boluda! No llegás al fondo con el muñón que te quedó! Date cuenta que lo tuyo no es vida, má... qué vas a hacer de tu vida así?
Uooorghghgrrrhh
Bueno, la verdad es que no sé para que mierda me gasto, mamá, no nos entendemos, nunca lo hicimos... no sé porqué habríamos de hacerlo ahora, así, zombie...
Uoruououuourorer
Seguí nomás con el muñón y el dulce, no te calentés, cualquier cosa estoy en el patio...
Uooorgggggghghghghg
Seee, tranquila Mirtha- y la dejé sola.
Me senté en el cantero y encendí un pucho. Mierda! Qué bueno que es fumar. Me encanta, si hay algo de lo que no me arrepentiré jamás es de mi próximo cancer... Miro la cucha vacía de Gutierrez, el perro de mamá, ojalá que no vuelva... era malo como todo pequinés, tienen la cabecita tan chiquita que creo que el cerebro les choca contra el craneo y los chifla. Son todos histéricos y pollerudos, perros de mierda. Mamá lo adoraba, le daba besitos en la boca y todo, el bicho le lamía los cayos del pie... un asco, la verdad.
Santo debe haberse perdido, a veces le pasa. Mamá salió al patio y se cayó de trompa al piso; quedó ahí tirada un ratito haciendo esos ruidos de zombie que tan bien le salen hora. La iba a levantar, pero para qué?. Cuando se levantó empezó a dar vueltas en el mismo lugar en el sentido contrario a las agujas del reloj. Pobre, qué mal le hizo estar muerta tres años. La muerte, si volvés para que alguien lo constate, no?, te vuelve pelotudo. Mamá zombie es insoportable, no deja de moverse y hacer ruido. Santo, la concha de tu madre, donde estás?, digo al cielo y, como por arte de magia, se abre la puerta de entrada.
Donde estabas?
No sé...
Santo, sos un boludo, te perdiste otra vez?
No, no, me parece que me quedé dormido...-dice, como para zafar, y se ruboriza.
Bueno, el chumbo?
Qué chumbo?
El de tu viejo, el que fuiste a buscar! Santo, estás hecho un boludo viejo...
Uhhh, pará, lo dejé arriba de la mesa, ahora vuelvo.
...
Ay, viejita, lo que soporto para que no sufras más!, cuando te descuajeringue a tiros vas a ver, no vas a estar más así de pelotuda...
Sigue girando, la muy desgraciada, y yo la contemplo. La verdad es que dudo de que todo esto esté pasando realmente. Enciendo la mitad del porrito que queda, y la observo desde el cantero en el que estoy sentado. Mamá, querés un poco?, pienso con fuerza, como para transmitirle el pensamiento. Pero mamá sigue dando vueltas. Inhalo, retengo, exhalo. Y mamá cada vez me cae más simpática, me da mas ternura su descomposición. Ay, Santo, que tipo boludo que sos, si tardás mucho más va a ser tarde, boludo, la voy a terminar adoptando... pero no; mejor la descuageringo a balazos. Qué voy a hacer con una mamá zombie? eh?, nada, qué voy a hacer. Va a estar dando vueltas y, en este estado, en una semana se me desarma por completo y me quedan solo los pedacitos de cuerpo de mamá por todos lados.
Mamá, perdoná que te rompa las pelotas siempre con lo mismo, pero... qué mierda estás haciendo acá?
Uuuuuooorhgrkkk- y seguía dando vueltas sobre sí misma
Si, ya sé que no podés hablar, pero, por favor, un poco de esfuerzo...
Uuorrggkkjjkjkjkjp
Hacete entender al menos, vieja, porque estoy empezando a pensar que viniste a nada, a despedazarte delante de mí... la verdad, mamá, que sos un bajón...
Uooeraaasjsdhshld
Andate a la concha de tu hermana, Mirta!- dije y me dediqué a fumar y no mirarla, devié mi vista hacia el costado.
Y Santo, el infradotado de Santo, que no viene. Encontré una piedrita en el suelo, mientras esquivaba la figura de mamá para no deprimirme más de lo que estaba. Una piedrita, un canto rodado de esos marrones oscuros. La tomé, la pesé, apunté y le di. Mamá tambaleó un poco, pensé que iba a caer de espaldas, pero no, se mantuvo en pie. La piedrita golpeó justo en el centro de su frente y se hundió hasta la mitad en la carne putrefacta de mamá. Pensé: si le tiro un piedrita de esas de obra, que son más puntudas, la atraviesa de lado a lado sin ningún tipo de problemas. Reí; mamá ya no daba vueltas, había quedado shoqueada por el golpe. Pobre, no estuve bien, pero lo disfruté.
Santo volvió. El pulso me tiembla y el arma me parece muy pesada. Debe ser por las balas. Calma, a respirar hondo y apuntar. Santo me mira y sonríe, como si no entendiese bien la situación, como si no supiese bien que esperar. Es un tipo sorprendente. Qué se puede esperar de un tipo apuntando con un revolver a un zombie? Mira a mamá, que todavía está quieta, y me mira. Apunto, disparo. Dos plomazos calientes y ruidosos en la cabeza y chau. Santo me mira y sonríe, se ve que era una de las posibilidades que manejaba.

Godofredo Fink.
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