Revista de creación artística y literaria

30 de enero de 2009

MARIO ANTONIO CARAZAS CONDE


EL FIN DEL CUERPO

No creía en Dios, pero sí en el fin del cuerpo
Y el placer ocurriendo en la raíz, en la tierra
Bajo un techo, sin él, más que un sol barnizando
Hasta las uñas de nuestros cuerpos.
Fatigado de anticuados artes
Y la tensa orilla de las palabras
Con un famélico dios adornando mi pensamiento
Y un batiscafo por corazón,
He dejado mis libros coronarse de musgo
Y a tu piel reptante, distribuirse
A los cardinales de mi cuerpo
Obsequiarse como vereda a mis pasos.
Yo entonces, crezco como retama ardiendo
Y eso, ya es decir mucho en las ciudades
Donde nunca estás demasiado cerca a algo
Ni siquiera próximo a un mismo error.
Porque a veces mi voz es una huida entre multitudes
Viaje urbano donde nos aprietan las gentes
Un grito diluyéndose en un hilo de espanto
Sumisión, congestión y congelamiento.
Sacudido de la moral y de la insistencia de querer ser una isla
He profanado los vaporosos linderos de la piel
Espuma ardiendo en la fricción de los cuerpos
Es puma y rugido en la culminación y el principio.
Esponja amorosa, afiebrada y carnosa, líquida y distendida
Espejo a mí, paralelo, raíz que no dobla el viento
Cuando eres tú, toda arteria y sobresalto
Toda estuario y recipiente, toda boca y para siempre, amor alzado.

26 de enero de 2009

PEDRO VICTORI

ERES, PERO NO EXISTES


Eres como un poema embriagador pero sin ritmo,
como una rosa de mullidos pétalos pero sin fragancia,
como una monarquía autoritaria pero anárquica,
como un cielo sin luces en un verano polar.

Y la Poesía ya no tiene sentido sin tí,
y ni el vino ni las musas visitan tu ausencia,
los hambrientos gusanos se esconden cuando escarbo:
me dejan para el final, cuando todo acabe.


Cuando todo acabe no seré capaz de sostener el peso
de las plumas que antaño formaban las alas que tejías
mientras tus lágrimas me sonreían, crueles,
y ya no podré volver a acercarme ni al infinito,
no sin alas,
ni a lo bondadosa y entrañablemente cotidiano,
no sin ti, no sin los gusanos.

Porque...cuando todo acabé seremos, pero tú no existirás,
y yo a testigo sordomudo me reduciré, contemplativo.

21 de enero de 2009

ADRIANA SERLIK



He salido hace días
y no he vuelto.
Me espero en todas las estaciones
en cada una de las esquinas de las calles
entre los negocios
en la parada de los autobuses
pero no llego.
No sé dónde hallarme
a quién preguntar por mí
quién me habrá visto ayer
o antes de ayer
o la semana pasada.
¿Quién puede darme datos sobre esa que soy
y no encuentro?
A ésta no la quiero
trato de destriparla
pero nada obtengo.
Tengo que seguir buscando
y mientras tanto
soportar
sus debilidades,
sus malas posturas
porque la otra no llega,
no me trae sus fuerzas
su caminar tranquilo.
Es un desdoblamiento de mi ser
y acepto
este grado de locura.
¿Quién soy,
quién es la que camina llorando por la calle
que no resiste la mirada
o el silencio?
¿Quién es esta mujer
que no socorre el tiempo?
Lo deja pasar sin respirar,
se angustia frente al retorno,
no sabe vivir el sol o la luna.
¿Cuándo podré recobrarla?
Esta hace una vida normal.
Se levanta todos los días
a las siete de la mañana
va a trabajar
se lava los dientes
desayuna
saluda al jefe
lee las galeradas de Minerva
recoge alguna palabra mal escrita
recibe una carta.
Es una persona normal,
se levanta a las siete
va a trabajar
y cuando sale...
el grito se acomoda en la garganta.
Se levanta a las siete
se lava los dientes
toma el metro
llega a la oficina,
el grito va instalándose...
—La libertad es como un grifo
abierto en la cabeza.
Busca en el diccionario.
—La libertad es...
Aquella otra que no está aquí
que espero todos los días,
en las esquinas de las calles
en la puerta de las estaciones
en la llamada telefónica
en la carta.
—La libertad es...
Un grito que no sale
que se hace nudo,
dolor,
silencio en la garganta.
que se hace...
Y no volverás
Si no te sigo buscando.

De “La silla de paja”

11 de enero de 2009

MARIANO SCHUSTER








BORGES DE WOODSTOCK

Cada cual tiene el Borges que se merece
Lo dice el presidente
de la Real Academia de la Locura

Cada cual tiene
el Borges que se imagina

Lo digo yo
que a veces
solo a veces
atino a saludarlo
desde el Jardín de los Senderos que se bifurcan

Hay un Borges que huye con Ginsberg de la biblioteca Nacional

Hay otro
que bebe afrodisíacos con Wolfe
en la tristeza de la noche

Y sin embargo,
mi Borges
nunca fue

¿o si?

el cuchillero de los arrabales,
el empedernido bebedor de licores escoceses,
el catador de libros amarillos

ármese un haiku maestro
o ármese dos
y convide

“Desde el cielo escribe versos chinos.
Y vuela como los Dioses
que son pájaros”.

pero acá nunca llegan

Dejen el Nobel para otros
y no me admiren,
quiso decir.

También hay un Borges
adentro mío.
No lo confundan con el enano fascista.
Vive mas cerca del opio de De Quincey.

Perdone señor,
por su sueño
reducido a la felicidad
y gracias
por los servicios prestados.

6 de enero de 2009

JAVIER LAMENDIA


EDIPO RESUELTO

Mamá se murió. No una, sino dos veces. Calculo que esta es la definitiva. Dos plomazos calientes y ruidosos en la cabeza, y chau. Mamá, te quiero. Pero no te soporto o, mejor dicho, no te soportaba. La primera vez fue triste, aunque fue un gran alivio que dejases de sufrir y no tener que cuidarte más. No es que fuese una molestia, pero no está bueno eso de cambiar pañales. A nadie le puede gustar. Mamá volvió de la muerte creo que tres años después de que murió por vez primera. Yo estaba tranquilo, tomando mates y escuché el timbre. Y nada, estaba mamá a medio pudrir con el camisón rosa todo sucio de barro. No tenía mucho pelo y los labios estaban comidos por los gusanos. Estaba obligada a sonreír todo el tiempo. Le faltaba una oreja y había perdido una parte de la lengua, lo que hacía bastante difícil la comunicación.
Si alguien piensa que este es un relato sobre zombies, no puede estar más equivocado. Mi mamá nunca vio ninguna de zombies y, por lo tanto, no sabía como comportarse. El zombie, el muerto vivo, tiene una finalidad determinada (comer, asusutar, vengarse, la revolución social, etc.). Mamá carecía de todo proyecto maléfico; solo estaba de vuelta. De algún modo, la muerte le hizo un gran favor, porque estaba mejor de lo que estuvo la última etapa de su vida anterior. Le faltaban pedazos, pero estaba de vuelta.

Vino mi mamá-le dije a Santo-, vení a verla.
OK, voy en un rato-dijo y colgó.
Al rato llegó Santo
Tu mamá?
Mi mamá, boludo
Y cómo sabés que eso es tu mamá?, está hecha mierda...
Estuvo muerta tres años
Es verdad...
Pero vos la ves, no?, no estoy alucinando...
No, es una mina en descomposición que camina y hace ruidos... o sea, estuvo muerta y enterrada, tiene barro pegado por todos lados... Quedate tranquilo...
Buenísimo...
Y...?
Y... qué?
Qué vas a hacer con esto...
Esto es mi mamá, boludo, qué querés que haga?
No sé, pero algo tenés que hacer, no?
Huuuaoorgg...- Dijo mamá- Uhhgaoorrrr, ahaaaaaaarrrggggggguuuuu-dijo, y se dirigió a al interior de la casa.
Nos quedamos hablando con Santo sobre qué hacer con mamá en el patio, mientras ella, pensábamos, redescubría la que por tantos años había sido su casa. Me pareció pertinente dejarla. La verdad es que nunca le tuve miedo a mamá muerta. Se notaba a la legua que era buena onda. No era un fantasma, no era un particular de una horda de muertos vivos que venían a por nuestros cerebros ni nada. Era mamá, la vieja y querida mamá que volvía de culo inquieto que era nomás, a visitarnos.
Llamo a mi hermana?
No
Por?
Porque no le cabe una, es re cerrada, no te va a dar bola...
Vos decís eso porque todavía te cabe, no boludín? Pero cómo no le voy a avisar, si es su madre también...
Bueno, pero yo me voy, no me hace bien verla...
Ok, no la llamo... pero que puto que me salíste viejo, eh?
Andá a cagar...- y se le llenaron los ojos de lágrimas.
Bueno, dale, no te pongas mal y armate uno... pero finito, cabezón, eh? Porque está mi vieja
Ok.

Mientras fumábamos escuchábamos ruidos, mamá estaba adentro haciendo algo con las cacerolas. Se ve que como estaba media podrida las manitos no le funcionaban del todo bien, no tenía la fuerza de antes... ay, mamita, si cuando estabas viva por primera vez tenías la fuerza de un toro lleno de pichicata brava! Y ahora... quién te ha visto y quién te ve, viejita... toda zombie, toda despedazada. Cómo, de entre todas las personas de este mundo al único que se le revive la madre es a mi?, bueno, a mí y a Pao, pero bueno, ella no sabe nada, por lo tanto no se le revivió la madre... o sea, el fenómeno y la percepción es una misma cosa. Es como decía Sartre, pero bueno, menos perfecto. Digo menos perfecto como para no sonar pretencioso, no?, porque como no estoy del todo seguro de haberlo entendido a la perfección, me escudo detrás de una aposición y un modificador directo, sino la oración sería: Es como dice Sartre. A qué iba con todo esto?... no recuerdo, pero bueno... la cuestión importante acá es que mamá está viva, o algo parecido.
Todo conflicto psicológico tiene su génesis en el cordón umbilical, no? O sea, la madre nutricia y protectora. Calculo que habrá algo de odio intrauterino por el tema de la dependencia obligada, pero ahora? Qué pasa? Eh?. Tener madre una vez te trauma, perderla te trauma... que vuelva convertida en zombie? Calculo que tendrá una relación directa con los temores e inconvenientes en el plano de relación con el mundo de ahora en adelante. Cuanto tiempo tarda en traumarte una madre? Hace quince que volvió y....

Santo, todavía tenés el chumbo de tu viejo en tu casa?
Si, y tiene balas! Por?
Lo podés traer?
El chumbo?

Sí, ahora vuelvo.
Santo se fue y me quedé solo con mamá. Entré a ver que hacía y la vi sentada con un tarro de dulce de leche, comiendo con el único dedo que le quedaba en la mano derecha, los demás estaban desparramados por la cocina. En un momento su dedito no salió del tarro (que, para entrar en detalles, estaba casi vacío) aunque ella realizó el movimiento con el muñoncito que le quedaba. Pobre mamá, pensar que te quedó el dedito clavado en el dulce de leche repostero me hace llorar como un marrano. Se te veía hasta menos zombie cuando comías el dulce!, es tan triste verte, mamá, si te vieses me darías la razón. Nadie merece andar así por la vida (o la no vida, si querés), sin ningún tipo de motivación más que la de meter un dedo putrefacto en el dulce de leche.
Mamá, a qué volviste?
Uoorgahhha
Me extrañabas?
Uoraghher
Venís a decirme que viste mi futuro y me querés prevenir de algo?
Uooouarrgghhh
Mamá me miraba fijo con sus ojitos de zombie, negros, brillantes y redonditos.
Viniste a comerme el dulce de leche, mamá?
Uoorghaarggjkakgaaaaa
Me estás cargando? Porque si volviste así para no hacer nada... viste? Uno ya no sabe que mierda hacer... porque si fueses un fantasma que viene a cobrar una deuda, que quiere hacer vengar su muerte, algo, me entendés? Algo, mamá... venís a comer el... que boluda! No llegás al fondo con el muñón que te quedó! Date cuenta que lo tuyo no es vida, má... qué vas a hacer de tu vida así?
Uooorghghgrrrhh
Bueno, la verdad es que no sé para que mierda me gasto, mamá, no nos entendemos, nunca lo hicimos... no sé porqué habríamos de hacerlo ahora, así, zombie...
Uoruououuourorer
Seguí nomás con el muñón y el dulce, no te calentés, cualquier cosa estoy en el patio...
Uooorgggggghghghghg
Seee, tranquila Mirtha- y la dejé sola.
Me senté en el cantero y encendí un pucho. Mierda! Qué bueno que es fumar. Me encanta, si hay algo de lo que no me arrepentiré jamás es de mi próximo cancer... Miro la cucha vacía de Gutierrez, el perro de mamá, ojalá que no vuelva... era malo como todo pequinés, tienen la cabecita tan chiquita que creo que el cerebro les choca contra el craneo y los chifla. Son todos histéricos y pollerudos, perros de mierda. Mamá lo adoraba, le daba besitos en la boca y todo, el bicho le lamía los cayos del pie... un asco, la verdad.
Santo debe haberse perdido, a veces le pasa. Mamá salió al patio y se cayó de trompa al piso; quedó ahí tirada un ratito haciendo esos ruidos de zombie que tan bien le salen hora. La iba a levantar, pero para qué?. Cuando se levantó empezó a dar vueltas en el mismo lugar en el sentido contrario a las agujas del reloj. Pobre, qué mal le hizo estar muerta tres años. La muerte, si volvés para que alguien lo constate, no?, te vuelve pelotudo. Mamá zombie es insoportable, no deja de moverse y hacer ruido. Santo, la concha de tu madre, donde estás?, digo al cielo y, como por arte de magia, se abre la puerta de entrada.
Donde estabas?
No sé...
Santo, sos un boludo, te perdiste otra vez?
No, no, me parece que me quedé dormido...-dice, como para zafar, y se ruboriza.
Bueno, el chumbo?
Qué chumbo?
El de tu viejo, el que fuiste a buscar! Santo, estás hecho un boludo viejo...
Uhhh, pará, lo dejé arriba de la mesa, ahora vuelvo.
...
Ay, viejita, lo que soporto para que no sufras más!, cuando te descuajeringue a tiros vas a ver, no vas a estar más así de pelotuda...
Sigue girando, la muy desgraciada, y yo la contemplo. La verdad es que dudo de que todo esto esté pasando realmente. Enciendo la mitad del porrito que queda, y la observo desde el cantero en el que estoy sentado. Mamá, querés un poco?, pienso con fuerza, como para transmitirle el pensamiento. Pero mamá sigue dando vueltas. Inhalo, retengo, exhalo. Y mamá cada vez me cae más simpática, me da mas ternura su descomposición. Ay, Santo, que tipo boludo que sos, si tardás mucho más va a ser tarde, boludo, la voy a terminar adoptando... pero no; mejor la descuageringo a balazos. Qué voy a hacer con una mamá zombie? eh?, nada, qué voy a hacer. Va a estar dando vueltas y, en este estado, en una semana se me desarma por completo y me quedan solo los pedacitos de cuerpo de mamá por todos lados.
Mamá, perdoná que te rompa las pelotas siempre con lo mismo, pero... qué mierda estás haciendo acá?
Uuuuuooorhgrkkk- y seguía dando vueltas sobre sí misma
Si, ya sé que no podés hablar, pero, por favor, un poco de esfuerzo...
Uuorrggkkjjkjkjkjp
Hacete entender al menos, vieja, porque estoy empezando a pensar que viniste a nada, a despedazarte delante de mí... la verdad, mamá, que sos un bajón...
Uooeraaasjsdhshld
Andate a la concha de tu hermana, Mirta!- dije y me dediqué a fumar y no mirarla, devié mi vista hacia el costado.
Y Santo, el infradotado de Santo, que no viene. Encontré una piedrita en el suelo, mientras esquivaba la figura de mamá para no deprimirme más de lo que estaba. Una piedrita, un canto rodado de esos marrones oscuros. La tomé, la pesé, apunté y le di. Mamá tambaleó un poco, pensé que iba a caer de espaldas, pero no, se mantuvo en pie. La piedrita golpeó justo en el centro de su frente y se hundió hasta la mitad en la carne putrefacta de mamá. Pensé: si le tiro un piedrita de esas de obra, que son más puntudas, la atraviesa de lado a lado sin ningún tipo de problemas. Reí; mamá ya no daba vueltas, había quedado shoqueada por el golpe. Pobre, no estuve bien, pero lo disfruté.
Santo volvió. El pulso me tiembla y el arma me parece muy pesada. Debe ser por las balas. Calma, a respirar hondo y apuntar. Santo me mira y sonríe, como si no entendiese bien la situación, como si no supiese bien que esperar. Es un tipo sorprendente. Qué se puede esperar de un tipo apuntando con un revolver a un zombie? Mira a mamá, que todavía está quieta, y me mira. Apunto, disparo. Dos plomazos calientes y ruidosos en la cabeza y chau. Santo me mira y sonríe, se ve que era una de las posibilidades que manejaba.

Godofredo Fink.
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