DE VERAS LO SIENTO
- Tarde, como siempre.
Murmullo de cinco y cuarto. Todos escrutan con exquisito resentimiento. Mesa para té y seis tazas.
Nadie empieza sin las disculpas, “De veras lo siento, caballeros: tráfico, lluvia, parejas decadentes copulando en mitad de la esquina, con frecuencia entretienen a uno”. Sin embargo y curiosamente, él mismo tiene prisa, solicita al chico retirar estas tazas y traer otras seis, todas cargadas a su cuenta, todas calientes pero rápido, que son ya y veinticinco. Sentado, regala media sonrisa a cada incrédulo. El chico no viene, parece que no da abasto y el chico que no viene. Nostálgico, contempla al reloj y a los compañeros mientras confiesa:
- Ha sido una velada preciosa, pero no hay tiempo. Les estimo, de verdad, les estimo. Estos años y estos días han sido maravillosos. Un placer contar con ustedes.
Se deshojan las uñas. En el entierro, lloran:
- Siempre fue tan puntual.
Texto: Fernando Sánchez Calvo
Imagen: J. Trallero en http://www.zonalibre.org/blog/motiveless/archives/cat_chatarreria.html
1 comentario:
Precioso y duro,
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