Revista de creación artística y literaria

8 de octubre de 2007

CARLOS ALMIRA



FANTASMAS

Recorría la casa con una linterna pero el mono de Borneo desaparecía en cuanto oía sus pasos o atisbaba la luz. Una vez estuvo a punto de cogerlo, pero apenas vislumbró su sombra pequeña y escurridiza.
Al principio pensó vender la casa, pero en cuanto aparecía un comprador, el mono, que él creía un fantasma, lo espantaba. Sería el fantasma de algún antepasado o de alguien que había vivido en la casa, que contaba más de doscientos años. Así, del miedo y la curiosidad pasó al cariño. Dejó de perseguirlo. Le llamaba con dulzura “mi fantasma”. Y cuando veía la casa al fondo de la calle, se sonreía.
Un día oyó un estrépito de muebles. Corrió al dormitorio. El mono de Borneo se desenredaba de las cortinas justo en el momento en que entraba. El pirata Drake, su amo anterior, solía enfurecerse con el ron. Por si acaso, el mono de Borneo saltó y atravesó limpiamente la pared, desapareciendo en la calle helada.
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Texto: Carlos Almira
Imagen: www.filmaffinity.com/es/film289694.html

4 comentarios:

grande dijo...

GRANDE

samsa777 dijo...

Muy bueno. Fino sentido del humor.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Me ha encantado. Felicidades.

Anónimo dijo...

Muy bueno, felicidades. Por cierto eres de apellido Almira y mi abuelo era de apellido Almira tambien.

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