EL NIÑO QUE SE SOSEGABA HACIÉNDOSE EL MUERTO
Vahído de pantorrilla
Para que anide un halo de soslayo en el cráneo femenino de Melisa
Sarcasmo que tartamudea
De sarcasmo con la boca abierta y planetas franceses
Tus muslos flamencos bostezan en cuclillas
El dorsal ungido de semen se arroja feroz contra un petate a dos manos
Y tan solipsista que los versos explotan como las entrañas de la palma de mi mano
Una plancha de acero corretea sobre el verano que me parte los brazos
Relincha todo
¡Ay camarera!
¡Sírvame un poco de esqueleto de rascacielos!
¡Ay camarera guapa!
¡Sirva un cacho de primavera en esta estancia mía de fusil!.
Inacabado (“poéme abandonné”).
Paul Valéry.
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