SÓTANO
De tanto jugar con el lenguaje
olvidé cerrar la puerta de la palabra sótano
y la noche se desbarrancó escaleras abajo
entre paredes que se ajaban en silencio
y estertores de relojes
y baúles polvorientos
y un vago tumulto de pensamientos muertos.
Todo se volvió subterráneo
hasta perder sus raíces en medio de la oscuridad.
Y entonces sentí que algo se despeñaba
en la profundidad devoradora de mi boca
hasta convertirse en forma sombría,
en opresión de tierra
y en proximidad de huesos.
(De “El hombre de papel y otros poemas”)
TEXTO: Selección de un poema del libro de Mario Meléndez "Tábanos"(antología de 13 poetas chilenos)
Ilustración: "La batalla azul" de Leo Lobos
2 comentarios:
es lo que pasa cuando descendemos, sobre todo cuando para descender entramos en zona limítrofe de lenguaje. más abajo que las raíces, mucho más abajo.
Alguna vez he tenido esa misma sensación. Fantasmales pero enriquecedores sótanos donde uno (se) encuentra cosas que ni siquiera sospechaba.
Publicar un comentario