Caja negra de mis otras vidas.
Fuente inagotable de avatares.
Azote brillante de mi retina,
rienda de mis pulgares.
Por ti no moriría.
Pero he muerto en mil lugares.
Tras tu puerta,
soy quien yo querría,
un héroe de alma ‘errante’.
Luz celeste en mi agonía.
Eres pórtico de Antares.
Fuente de mis desvelos.
Forja y martillo de deidades.
Sólo en tu penumbra,
Consigo burlar a la muerte
al reencarnarme de la mía
en otra de tantas suertes.
Y caigo en la más impía,
cuando tengo que apagarte.
El yelmo se torna ‘bacía’,
pica en escoba sin estandarte.
PLAY STATION
Texto: Carlos G. Burgos
2 comentarios:
Este arsénico sí que es dulce.
Pues como soy malo en decir alabanzas, sólo te diré: me gustó la musicalidad del poema.
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