He salido hace días
y no he vuelto.
Me espero en todas las estaciones
en cada una de las esquinas de las calles
entre los negocios
en la parada de los autobuses
pero no llego.
No sé dónde hallarme
a quién preguntar por mí
quién me habrá visto ayer
o antes de ayer
o la semana pasada.
¿Quién puede darme datos sobre esa que soy
y no encuentro?
A ésta no la quiero
trato de destriparla
pero nada obtengo.
Tengo que seguir buscando
y mientras tanto
soportar
sus debilidades,
sus malas posturas
porque la otra no llega,
no me trae sus fuerzas
su caminar tranquilo.
Es un desdoblamiento de mi ser
y acepto
este grado de locura.
¿Quién soy,
quién es la que camina llorando por la calle
que no resiste la mirada
o el silencio?
¿Quién es esta mujer
que no socorre el tiempo?
Lo deja pasar sin respirar,
se angustia frente al retorno,
no sabe vivir el sol o la luna.
¿Cuándo podré recobrarla?
Esta hace una vida normal.
Se levanta todos los días
a las siete de la mañana
va a trabajar
se lava los dientes
desayuna
saluda al jefe
lee las galeradas de Minerva
recoge alguna palabra mal escrita
recibe una carta.
Es una persona normal,
se levanta a las siete
va a trabajar
y cuando sale...
el grito se acomoda en la garganta.
Se levanta a las siete
se lava los dientes
toma el metro
llega a la oficina,
el grito va instalándose...
—La libertad es como un grifo
abierto en la cabeza.
Busca en el diccionario.
—La libertad es...
Aquella otra que no está aquí
que espero todos los días,
en las esquinas de las calles
en la puerta de las estaciones
en la llamada telefónica
en la carta.
—La libertad es...
Un grito que no sale
que se hace nudo,
dolor,
silencio en la garganta.
que se hace...
Y no volverás
Si no te sigo buscando.
De “La silla de paja”
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