Mientras le apuñalaban, el señor no quería pensar que le estaban matando, al fin y al cabo lo estaban haciendo por la espalda. Mientras le apuñalaban, el señor no quería ser malpensado ni dar rienda suelta a sus elucubraciones paranoicas.
-No es por nada, pero a mí me parece que están ustedes en proceso de asesianarme-
-No hombre, no. ¡Qué cosas tiene usted!-
Mientras le apuñalaban, el hombre no quería dictaminar lo que estaba acaeciendo, al fin y al cabo él no estaba viendo nada; no quería ser él quien tuviese que cargar con la culpa de acusaciones infundadas.
-Si yo no es que quiera elucubrar gratuitamente, pero…-
-No hombre, no. ¡Qué cosas tiene usted!-
Pero en el fondo lo sabía; y sí, le estaban muriendo, como ya dijo la Celestina en letras de Fernando de Rojas. Sí.
Nació entonces el fragmento del refranero que reza así: “Piensa mal y acertarás”.
Texto: Alberto García Glitter, http://albertoglitter.blogspot.com
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